miércoles, 20 de enero de 2016

Eterno mar



En este solitario mirador de madera, enfrentado al eterno mar sin fin, contemplo esa línea invisible que corta el cielo con el océano. Y es allí donde vislumbro aquello que perdí para siempre. Y es allí donde puedo volver a vivir en paz, aquellos momentos de luz del pasado, que alumbran un oscuro presente. Y es allí, donde mi rostro dibuja una tímida sonrisa, en ese esplendor imperecedero guardado en un recóndito recuerdo.

Y la salada brisa besa mis labios y cerrando mis ojos, creo sentir tus besos pasados, en éste sacro silencio. Y la brisa huele a ti. Y la brisa lejana me susurra tus palabras de amor.

En éste solitario mirador más allá del cielo y el infierno, el tiempo se desvanece y mi yo despierta de este sueño de muertos y me adentro más allá de lo intangible, en un mundo de sombras sin nombre, donde tú eres la reina. Y es allí, en tu altar olvidado, donde juntos volvemos a unirnos, en un último abrazo, coronados por un extinto sol, rodeados por una paz harmoniosa, tumbados en un lecho de arena húmeda para siempre y protegidos por unas frías aguas que hacen que todavía anhele más sentir tu cálido cuerpo de sirena.





Fuentes:

  • Mirador de Antramias de Pixabay
  • Sirena de Kodwallpaper de Pixabay

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