domingo, 13 de agosto de 2017

Recordando



Cuando llega la noche y la calma adormece el dolor del día, llega el silencio. Y después el recuerdo que lleva al sueño. Y tras ese invisible velo, es cuando tu vuelves. Y tus ojos se enfrentan a los míos, en una muda lucha, donde el premio es la eterna unión. Dos islas separadas por un gran océano infinito, que se juntan en cada atardecer. Y decían que tu jamás volverías porque es un imposible. Pero en la oscuridad de mi memoria, se ilumina la esperanza de lo que fue. Y bendigo mi locura pues me devuelve mi más preciado tesoro. Un amor muerto que siempre vivirá en mi. Un veneno dulce que palía la tristeza en mi cuerpo de piedra. Cuando la noche llega y te trae de la mano. No importan tus besos fríos. Ni si quiera tu muda presencia. Como la luz de una vela que muere al alba. Así luego te vas. Volviendo al fondo del mar infinito. Aquí te esperaré de nuevo... y eso me ayuda a seguir viviendo. Viviendo una vida muerta porque tu ya no estás. Y tu ausencia es mi dolor. Recordando hasta que pueda.




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