jueves, 23 de octubre de 2014

Amor perdido o cómo el ayer vive por siempre


Sobre el viejo escritorio, miro tu foto,
contemplo tu sincera y suave sonrisa.
Tu mirada verde me atraviesa con dulces lanzas,
hasta llegar a mi recóndito refugio.
La luz del atardecer, refleja el sol en tu faz,
ondas inmortales besan tus mejillas.
Cascada dorada sobre tus hombros,
ríos que riegan tu cuerpo de mujer.

Miríadas de estrellas en la noche,
acompañan mi soledad mientras escribo,
al mirar tu foto, tan cerca y tan lejos.
El dolor se apacigua entre las lineas de palabras,
y el tiempo consume mis esperanzas,
de devolverte ese último beso que me regalaste,
en aquella fría, metálica y blanca habitación,
¡de aquel maldito día que te perdí para siempre!.

Tu muda imagen me llama,
a través de los años,
pero no puedo alcanzarte,
no puedo tocarte, hablarte, besarte...
Sin embargo te siento a mi lado,
cuando la tristeza y el hastío me consumen,
te oigo, con susurrantes palabras distantes:
"ven... ven a mi lado, cruza lo imposible".

Foto de Daniel Lobo


Fuente: ¿no es el dolor que rellena ese vacío que dejaste, suficiente fuente para estas lineas finales?

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